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Tiempo para Jugar
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En la enseñanza, como en el día a día, el reloj manda.
Nos movemos a golpe de despertador, sirena, semáforo...
¿Y si experimentamos sin tiempo, sin presiones?
¿Y si intentamos vivir el momento,
atentos, atentas a lo que de singular nos regala el día?
El tiempo se detiene frente a una obra de arte.
Se detiene cuando se juega y no hay más que gratuidad en lo que se hace.
También cuando lo que vemos nos sobrecoge,
para bien o para mal, sin que podamos hacer nada.
Abrir vías no para llegar a un punto concreto,
si no para disfrutar con lo que el transitar nos ofrece.
Mostramos algunas pinceladas del proceso de aprendizaje y vivencia.
Rescatamos algunas imágenes y elementos que esconden las claves de algunos descubrimientos.
Estemos atentos: con todo se puede jugar y jugar es aprender.